lunes, 7 de julio de 2008

Lillian Möller Gilbreth


Lillian Evelyn (Möller) Gilbreth (Oakland, 1878-Phoenix, 1972) ingeniera, psicóloga, profesora y madre de familia numerosa es, fundamentalmente, la madre de la moderna gestión empresarial. Ella y su marido Frank Bunker Gilbreth (1868-1924) fueron los pioneros en algunas técnicas de gestión empresarial que aún se emplean actualmente en la construcción y en otras industrias. Lillian fue además una de esas primeras supermujeres, capaces de combinar una carrera brillante con una vida familiar clásica: fue una prolifica autora, obtuvo diferentes licenciaturas y fue la madre de doce hijos. Quizás encontremos a veces que es mejor recordada por su maternidad, ya que dos de sus hijos, Frank Gilbreth Jr. y Ernestine Gilbreth Carey, escribieron los populares libros Cheaper by the Dozen (1949) en y Belles on Their Toes (1950), que fueron llevados a la gran pantalla en más de una ocasión, y en los que cuentan sus experiencias en el seno de una familia grande y famosa, aunque Lillian Gilberth no solamente fue madre de familia.
La joven Lillian Evelyn Möller fue una alumna destacada en el instituto y decidió en principio estudiar música y literatura, aunque su padre no veía por ningún lado la necesidad de que una mujer accediese a una enseñanza superior, siendo de los que pensaban que le bastaban los conocimientos que le sirviesen para llevar una casa eficazmente. Pero Lillian le convenció para que la dejara asistir a clase en la Universidad de California, en Berkeley mientras viviera en casa y atendiera las tareas domésticas, y ya que estudiaba allí un primo suyo. Cuando en 1900 ella obtuvo su B.A. (Bachelor of Art, es decir, licenciatura en la rama de letras) en literatura, se convirtió en la primera mujer que recibió el alto honor de pronunciar el discurso en la ceremonia de graduación de la Universidad de California.
Después se trasladó a Columbia, pero una enfermedad la obligó a regresar a casa en California, tras un año, en dónde volvió a la universidad obteniendo en 1902 su Master en Literatura, que celebró con unas vacaciones en barco. En Boston, donde estuvo una temporada antes de embarcar fue donde conoció a su futuro marido Frank Gilberth. Frank le propuso matrimonio a Lillian tres semanas después de su regreso de Europa, y una vez juntos empezarían al tiempo que su vida matrimonial algunos de los estudios más importantes en cuestiones de dirección de empresas.
Frank Gilbreth era un hombre eminentemente práctico y con talento que llegó a montar su propia empresa constructora habiendo empezado de albañil, y que, aun no habiendo ido nunca a la escuela, siempre había estado interesado en las investigaciones para mejorar los rendimientos en el trabajo. Tras casarse con Lillian, Frank montó una consultoría de empresas en la que su mujer colaboraba. En 1910 se fueron a vivir a Rhode Island, después de que Lillian convenciera a Frank para que vendiese su empresa constructora y se dedicasen por entero a la investigación. Lillian estudió en la Universidad de Columbia. En principió quiso estudiar Inglés, pero el famoso crítico Brander Matthews no admitía mujeres en sus clases, así que se decantó por la psicología, que estudió con Ashley Thorndike. En su tesis doctoral, que leyó en 1915 con cuatro chiquillos a cuestas, y que se tituló Psychology of Management, Lillian marcó las pautas para los lógicos y sistemáticos principios de la moderna gestión empresarial, poniendo el acento en la importancia de las relaciones humanas así como la necesidad de reconocer las diferencias entre los distintos trabajadores y sus necesidades particulares desde el punto de vista psicológico. Los conceptos de justicia y felicidad estaban asimismo incluidos en un mismo análisis e interpretación de su visión de la gestión empresarial. Lo que hacía a las ideas de Lillian Gilbreth diferentes y únicas era precisamente el punto de vista que la psicología le ofrecía de la gestión empresarial, y la integración que hizo de ambas materias, siendo por lo tanto la pionera de lo que ahora se denomina psicología de la organización industrial. Este trabajo, debido a los prejuicios de su editor, que era reacio a publicar el trabajo de una mujer, se publicó bajo con el nombre de su autor en la ambigua forma de L. M. Gilbreth. Aun así, Lillian Gilbreth comenzó a tener una gran reputación como experta en el campo de la gestión industrial.
Si Frank se preocupaba en los aspectos técnicos de la eficiencia del trabajo, a Lillian le interesaba el aspecto humano del mismo. Las ideas de Lillian que durante su vida no fueron aplicadas en toda su dimensión, indicaban la dirección a la que se dirigiría la moderna gestión empresarial. Ella enunció que los trabajadores estaban motivados por diferentes factores los que llamó incentivos indirectos, entre los que se incluye el dinero, e incentivos directos, entre los que se encuentra la satisfacción propia del trabajo. Su trabajo junto a su marido ayudó a crear la standardización, los incentivos salariales y la simplificación del trabajo. Lillian fue de las primeras en darse cuenta de que los efectos de la fatiga y del estrés en el rendimiento laboral.
Hay que pensar, por todo esto en que los trabajos de los Gilbreth son una mezcla de la aplicación de los conocimientos eminentemente prácticos de Frank y la sensibilidad y la preparación académica de Lillian, ambos trabajaron desde el principio como verdaderos socios, apasionados para encontrar la mejor manera de desarrollar cualquier tarea para incrementar su eficacia y productividad en la industria. Podemos decir que lo más importante es la simplificación del trabajo, o mejor dicho, la racionalización del trabajo, basadas en respecto y la dignificación tanto de la trabajador como del propio trabajo, es lo que alguna vez se ha definido como la aplicación organizada del sentido común. Hay que reconocer que la idea, según parece, fue preconizada por Frank cuando contaba diecisiete años (o al menos eso es lo que nos ha llegado, yo personalmente veo más el talento de Lillian en todas estas investigaciones), cuando empezaba a trabajar como albañil. Sea como fuera, los Gilbreth estudiaron las maneras más fáciles y más rápidas de llevar a cabo las tareas manuales. En su libro Bricklaying Sistem (Sistemas para asentar ladrillos), Frank llegó a estudiar los movimientos que un albañil hacía para asentar un ladrillo, desde que tomaba este con su mano hasta que lo asentaba en la fábrica, y según sus estudios pudo reducir el número de movimientos necesarios de 18 a 4, logrando pasar, en ciertos trabajos de 120 ladrillos por hora a 350. Además diseñó y patentó un andamio especial con plataformas para colocar los ladrillos y el mortero, además de otros inventos, como el sistema de empaquetamiento de ladrillos que hoy conocemos como palets. Además los Gilbreth llevaron a cabo numerosos estudios acerca de la eficiencia industrial en los años siguientes, acerca de los principales factores que afectan a la productividad de los trabajadores así como la manera de mejorarla. Encontrando que una de las mejores maneras de incrementar la productividad era la de crear un organigrama, asignando a cada trabajador las tareas más adecuadas para su aptitud. Estos estudios además pasaban por el diseño de las herramientas, los diagramas de flujo de los procesos, análisis de movimientos y micro movimientos usando cámaras de cine, la cronociclografía usando técnicas especiales de iluminación, maquetas de los trazados de las factorías, mediciones de tiempo, etc. Los Gilbreth denominaron therblig (palíndromo de Gilbreth) a cada uno de los movimientos fundamentales o básicos en cada tarea, de cuyo estudio y análisis se llega a la optimización de la tarea.
Ambos esposos compartían los mismos objetivos en lo que se refiere a aplicar todo lo que descubrían acerca del conocimiento de la gestión científica a cualquier campo fuera de la industria, en este sentido emplearon esfuerzos y talento en ayudar y desarrollar con eficacia algunas técnicas quirúrgicas y métodos de rehabilitación para personas con minusvalías. Los Gilbreth impartieron talleres en su propio domicilio en los cuales directivos de empresas aprendían a usar sus técnicas, además de sus trabajos como asesores, en cuya calidad también viajaban y visitaban las empresas en las cuales sus técnicas eran aplicadas.
Lillian Evelyn (Möller) Gilbreth (Oakland, 1878-Phoenix, 1972) engineer, psychologist, teacher and mother of large family is essentially the mother of modern business management. She and her husband Frank Bunker Gilbreth (1868-1924) were the pioneers in some business management techniques that are still currently employed in the construction and other industries. Lillian was also one of those first super women capable of combining a brilliant career with a classic family life: he was a prolific author, received different degrees and was the mother of twelve children. You may find that sometimes it is best remembered for her motherhood, as two of his children, Frank Gilbreth Jr. and Ernestine Gilbreth Carey, wrote the popular books Cheaper by the Dozen (1949) and in Belles on Their Toes (1950), who were taken to the big screen in more than one occasion, and in which their experiences are at the heart of a large family and famous, but it was not only Lillian Gilberth mother.

The young Lillian Evelyn Möller was an outstanding student in high school and decided in principle to study music and literature, although her father did not see anywhere the need for a woman to accede to higher education, being of those who thought enough of her knowledge that will serve to effectively lead a house. But Lillian persuaded him to leave to attend the class at the University of California at Berkeley while living at home and meet the household chores, and studied there as a cousin of his. When in 1900 she earned her BA (Bachelor of Art, ie degree in the field of letters) in literature, became the first woman who received the high honor of delivering the speech at the graduation ceremony of the University of California .

California, after a year, where they returned to college in 1902 by obtaining her Master in Literature, which celebrated with a holiday on a boat. In Boston, where he spent a season before boarding was where she met her future husband Frank Gilberth. Frank proposed marriage to Lillian three weeks after his return from Europe, and once together to begin their married life while some of the most important issues in business management.

Frank Gilbreth was a man eminently practical and talent that came to assemble his own construction company having started bricklayer, and that, even if not having never gone to school, had always been interested in research to improve yields in the workplace. After marrying Lillian, Frank set up a consulting business in which his wife was working. In 1910 they went to live in Rhode Island, after which Lillian convince Frank to sell his construction company and is devoted entirely to research. Lillian studied at Columbia University. In principle wanted to study English, but the famous critic Brandes Matthews did not admit women in their classes, so we opted for psychology, who studied with Ashley Thorndike. In his doctoral thesis, which he read in 1915 with four kids behind him, and that was titled Psychology of Management, Lillian set the tone for the systematic and logical principles of modern business management, with emphasis on the importance of human relationships and as the need to recognize the differences between the workers and their needs from a psychological point of view. The concepts of justice and happiness were also included in the same analysis and interpretation of their vision of business management. What they did to the ideas of Lillian Gilbreth different and unique was precisely the point of view that psychology offered for corporate governance, and integration of the two subjects he did, thus being the pioneer of what is now called psychology of industrial organization. This work, due to the prejudices of his editor, who was reluctant to publish the work of a woman, was published under the name of its author in the form of ambiguous LM Gilbreth. Still, Lillian Gilbreth began to have a great reputation as an expert in the field of industrial management. If Frank is concerned about the technical aspects of the efficiency of work, Lillian was interested in the human aspect of it. It's dimensions, indicating the address to which they would address the modern business management. She stated that workers were motivated by different factors which called indirect incentives, including money, and direct incentives, including the satisfaction of the work itself. Her work with her husband helped create the standardization, wage incentives and simplification of work. Lillian was the first to realize that the effects of fatigue and stress on work performance.

We have to think, for all this that the work of the Gilbreth are a mixture of the implementation of the eminently practical knowledge and sensitivity of Frank and Lillian of academic preparation, both worked from the start as true partners, to find the passionate how best to develop any task to increase their efficiency and productivity in the industry. We can say that what is most important is the simplification of work, or rather, rationalization of work, based on respect and the dignity of both the worker and the work itself, is what once was defined as the application of organized sense common. It must be acknowledged that the idea apparently was advocated by Frank when he seventeen years (or at least that is what we have received, I personally am more talent in all these investigations Lillian), when started working as a bricklayer . Frank came to study the movements that a mason was to establish a brick, since I took this with your hand until they settled in the factory, according to his studies and was able to reduce the number movements required of 18 to 4, making passing, in certain work of 120 bricks per hour to 350. In addition designed and patented a special scaffold platform for placing the bricks and mortar, in addition to other inventions, such as the packaging system of bricks that we know today as pallets. Besides the Gilbreth conducted numerous studies on industrial efficiency in the years following, on the main factors affecting the productivity of workers as well as how to improve it. Finding that one of the best ways to increase productivity was to create an organizational chart, assigning each worker to be the most appropriate for their fitness. These studies also passed through the design of the tools, flowcharts of processes, analysis of movements and micro movements using film cameras, the cronociclografía using special techniques of lighting, models of the layout of the factory, measurements of time, and so on. The Gilbreth called therblig (palindrome of Gilbreth) to each of the fundamental or basic movements in each task, whose study and analysis leads to the optimization of the task. Both spouses share the same goals when it comes to implementing all what they discovered about the scientific knowledge to any field outside the industry, employed in this regard efforts and talent in helping develop effective and some surgical techniques and methods of rehabilitation for people with disabilities. The Gilbreth conducted workshops in their own home in which company managers learned to use his techniques, in addition to his work as advisers, whose quality is also traveling and visiting companies in which their techniques were applied.